Ansié
la otrora
soledad de Isla Negra.
Ansié
como un niño
caminar sus contornos
de pájaro muerto
y recorrer
sus heridas
de ostra abandonada,
de planeta solitario
y sombrío.
Ansié
como un guerrero
intrépido
defender
la vituperada gloria
de aquella marina
patria
de la poesía.
Ansié
como un amante
fogoso,
perpetuarme
en aquella cintura
de mar
y espuma.
Ansié
esclavizarme
entre las redes
impercéptibles
de su viento
y vivir eternamente
en la geografía
húmeda
y corrída
de sus morenas
piernas.
Ansié
y sólo fui
un efímero suspiro
entre el dolor
y la nostalgia....
Ricardo R. Quintana
(De su libro "Neruda es Chile")