El intendente Ernesto Bernabey dijo anoche que la falta de envío de fondos de la Nación mantiene paralizados los proyectos más importantes de obras de su gestión y que no hay dinero en la comuna para reemplazar esas partidas. Mencionó algunos proyectos de mejoras y mantenimiento y no mucho más, al reunirse con los concejales y dar por inaugurado el período ordinario de sesiones.
El jefe comunal dijo que entre las tareas previstas se encuentra la recuperación y mejora de algunas plazas de la villa, pero no hizo mención a la polémica creada, justamente, por la venta de los terrenos donde se emplazaba la plazoleta Juan Bottaro, ahora en poder de un propietario particular que los canjeó por dos lotes en barrio Abregú.
Con la ausencia de dos de los concejales (Luis Cravero de la UCR y Matías Barbieri del PJ), el cuerpo sesionó presidido por Pedro Céliz y secundado por María del Carmen Luján (vicepresidente primera) y Magdalena Limia, del oficialismo, y Darío Torres (vicepresidente segundo) y María Rosa Díaz por el radicalismo. Bernabey concurrió acompañado por el secretario de Gobierno municipal, José Luis de Luca. No hubo discurso, sino una conversación con los ediles con pocas precisiones y sin definiciones concretas.
La pesadilla del tránsito
En medio de la preocupación existente por la inseguridad en el tránsito y la cantidad de accidentes, especialmente en motos, el intendente dijo que a su juicio no es la solución el cobro de multas e insistió con remarcar la responsabilidad de los padres. Comentó que a cada colegio secundario de la villa concurren aproximadamente unos doscientos alumnos en motocicletas, compradas por sus mayores. Algunos concejales de la oposición le marcaron a Bernabey la necesidad de que la comuna se haga cargo de controlar cuando la circulación de los vehículos no está bajo la supervisión de los padres, e incluso se mencionó la posibilidad de que se debata en el cuerpo un incremento en el monto de las multas. Según señalaron, los valores actuales hacen que cuando se aplica alguna sanción económica, los padres la pagan y sus hijos vuelven a circular por las calles.
En otro orden, Bernabey reveló que la obra de instalación de tuberías para el agua potable desde el sector del Cerro de la Cruz se encuentra obstaculizada por la negativa de un particular a permitir que el trazado atraviese su propiedad. También anticipó que la comuna instalará un sistema de iluminación en las afueras del hotel que la Cooperativa de Totoral inaugurará próximamente en la ex sede de la Colonia Hogar. Otro proyecto que mencionó fue la creación de una ciclovía, pero que depende –como la mayoría de las obras- de la llegada de fondos desde la Nación.
La reunión se inició a las 22,07 del martes y concluyó a las 23,30. Los concejales abrieron así con casi un mes de demora el período ordinario, con la ausencia de dos de sus miembros y con la frecuencia que mantendrán, de sólo dos sesiones por mes en lugar de una por semana. El artículo 21 de la Ley Orgánica Municipal, que rige el funcionamiento de las instituciones en Totoral, expresa: “El concejo deliberante se reunirá en sesiones ordinarias desde el 1 de marzo hasta el 30 de noviembre de cada año, las que podrán ser prorrogadas por el propio concejo”.
La reunión tuvo lugar en el local de reuniones que utilizan los ediles en el Paseo de la Vieja Casona, con la ausencia de vecinos de Totoral.
