El viejo edificio donde funcionara hasta hace décadas una estación de servicios YPF, ubicado en pleno centro de Villa del Totoral, está en medio de una polémica. Mientras la estructura está siendo modificada por su flamante inquilino -el comerciante Martín Arrieta- para continuar utilizándola como local de negocios, el Concejo Deliberante, la Comisión Vecinal Linsacat, autoridades municipales y hasta el juez de Faltas de la localidad son protagonistas de idas y vueltas respecto de la preservación de esa estructura.

Ocurre que la tradicional estación está declarada , por ordenanza municipal de 2005, patrimonio arquitectónico de Totoral, justamente con el fin de protegerla y preservarla. Ya durante su anterior concesión comercial, el arquitecto Luis Córsico, de la Dirección de Patrimonio Cultural de la provincia, había sugerido a la intendencia hacer desmontar la estructura de rejas de alambre que rodeaban al kiosco que allí funcionaban y que arruinaban el aspecto que debe mantener esa construcción.

Ahora, la agrupación Linsacat, en nota dirigida al intendente Ernesto Bernabey, subrayó que "dicho inmueble pertenece a nuestro patrimonio cultural y está protegido y contemplado por la ordenanza municipal N° 10/2005 que expresa exhaustivamente los procedimientos y alcances de los distintos preceptos contenidos,como también establece que la Secretaría de Cultura será responsable y Autoridad de aplicación de dicha normativa, en colaboración con la Oficina de Catastro Municipal y personal de Patrimonio Cultural de la Provincia". En consecuencia, Linsacat remarca que "cumpliendo con los objetivos de nuestro Estatuto, le solicitamos tenga a bien evitar que una vez más se ultraje nuestro patrimonio arquitectónico y cultural y nos ponemos a su disposición para aunar esfuerzos".

Lo que funcionó durante años como una estación YPF, en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Arturo M. Bas, fue explotada por don Arturo Ongaro y marcó toda una época en Totoral. Poseía surtidores accionados a palanca y fue el epicentro del movimiento comercial de la localidad, hasta que el progreso y los cambios hicieron que dejara de funcionar.

Además de la nota dirigida a Bernabey, la secretaria de Linsacat, Angélica Luro, puso al tanto de la situación al juez de Faltas, Nicolás González -quien se comprometió a intervenir en el asunto- y también el Concejo Deliberante tomó conocimiento de la situación en su última sesión. Pese a ello, las obras de refacción se pusieron en marcha y continúan avanzando, como lo demuestran las fotografías.